El Servicio Polivalente para Adolescentes (SPA) debe situarse en la lógica de colaboración institucional entre administraciones que persiguen prestar una atención adecuada a sus adolescentes y se refuerzan mutuamente para construir, mantener y difundir las forma idóneas de hacerlo. Igualmente, el SPA es una propuesta de atención que tiene como característica situarse al lado de otros recursos y servicios que se ocupan de los chicos y chicas adolescentes, cumpliendo funciones de tres tipos:
- a veces simplemente complementa lo que hacen otros “servicios generales” (educación, salud, servicios sociales);
- en otros casos se convierte en una propuesta central, normalmente transitoria, que permite a esos servicios y a otros más especializados (de atención a determinadas situaciones o dificultades) llegar hasta el adolescente, poder construir una relación de influencia a partir de las confianzas y referencias que ha construido;
- finalmente, el SPA hace posible que otros recursos y servicios (en la medida que comparten criterios) funcionen mejor, sean visualizados por los adolescentes como próximos a sus intereses y necesidades.
Muchos de los contextos de relación y atención son compartidos entre diferentes profesionales y agentes sociales, cuya posibilidad de ser útiles en las vidas adolescentes depende de las formas de relación y apoyo mutuo. Su impacto se produce en gran medida “a través de las relaciones que mantiene con otros sistemas de servicios, ámbitos de actividad y políticas sectoriales”.
El SPA, como la propia adolescencia, queda situado entre las etapas infantiles y los tiempos juveniles. Comparte con uno y otro Servicio Polivalente, definidos en el Sistema para esas edades, la coherencia de las pretensiones educativas y la lógica de un itinerario vital compartido progresivamente autónomo. Pero, tiene profundas singularidades respecto a los otros. Tendrá que ser definido y planificadas sus actuaciones teniendo en cuenta que el adolescente se siente adolescente y quiere que se le preste atención en función de lo que siente, vive, experimenta y comparte con aquellos que son como él o ella. El SPA, además, tendrá que considerar cómo resuelve las transiciones (entre una condición y otra, entre un Servicio y otro), gestionando los rechazos al tiempo anterior y los atractivos más o menos acelerados por la situación joven futura. Además, como tiempo vital marcado por incertidumbres, malestares, ensayos, las funciones orientadoras (y reorientadoras) pueden cobrar un papel destacado.
Se considera que todos los Servicios que han de estar definidos como próximos y atractivos. En el caso adolescente, la construcción de la proximidad se inserta en el movimiento ambivalente entre ir donde están o conseguir que vengan donde estamos. La proximidad no es (sólo) física, es un constructo de vivencias y actitudes que está en la base de la posibilidad de incidir en sus vidas. “Próximo significa fundamentalmente alguien que está en el mismo plano, que puede aproximarse y distanciarse, que no forma parte de otra galaxia. Con un símil musical ya antiguo, que no anda en la “onda pesquera” cuando ellos y ellas están colgados del MP3. Que no reparte fotocopias de la enciclopedia a personajes que “twiteran” mientras explica algo. La proximidad se demuestra en primer lugar por el interés, al menos por la curiosidad por sus mundos (“no es de los nuestros pero se interesa por lo nuestro”). Proximidad es al menos una mirada curiosa y, especialmente, una mirada interesada, que da valor a lo que viven y a cómo lo viven. No somos adolescentes pero, de entrada, nada adolescente nos es ajeno, aunque sólo parcialmente los conoceremos o dominaremos el conjunto de sus dimensiones”….